«…abordar la nada o acercarnos a ella, supone también pensar qué es la nada en el presente y desde que perspectivas nos aproximamos, si es desde el reconocimiento de la falta de sentido pareciera tan real como superable, entendiendo que deberíamos “dejar de detrás” esa falta de sentido a fin de poder proyectarnos al futuro, como una decisión rebelde voluntaria, de lo contrario lamentablemente nos estancamos en un solipsismo puramente estético que se reduce a una postura literaria.»
«Por otro lado podemos pensar la nada como un encuentro con el abismo que nos separa del mundo, como un cuestionamiento negador de todo lo que hicieron de nosotrxs hasta la más profunda de nuestras verdades y tal vez sea ahí sea el lugar en donde la nada tenga contacto con la anarquía, cuando el nihilismo se mira a sí mismo y en esa percepción avanza, afirma el abismo en lugar de esconderse en la falta de sentido o en cielos humanistas, que simplemente reemplazan la falta de sentido de la democracia con creencias inversamente ideológicas.»