Reedición 2024: Lxs anarquistas en Inglaterra frente a la guerra de Malvinas

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Las ediciones no son estáticas, estas se renuevan, actualizan, complejizan y dialogan con un entorno. Con el correr de los años fuimos agregando textos y modificando «Lxs anarquistas en Inglaterra frente a la guerra de Malvinas» en distintas ocasiones, hoy nos toca hacerlo en un clima de nacionalismo en boga y, frente a un gobierno liberal que reivindica a Margaret Thatcher, la oposición no encuentra otra forma que reafirmarse que en retóricas antiprogresistas, conservadoras y nacionalistas.

Así, en un espiral de falsas críticas y slogans vacíos, la «soberanía» sobre Malvinas es utilizada por los Partidos como una carta fácil para el populismo, el nacionalismo vende y las muertes son apelaciones hirientes para nuevamente reivindicar el rol del Estado.

En un contexto internacional donde la guerra en Ucrania se sostiene en la masacre a través de los años y el genocidio en Palestina se reafirma en el horror, la guerra de Malvinas no deja de evidenciarnos que la «soberanía nacional» no es más que un eufemismo para legitimar el control estatal, así como los tibios discursos «antiimperialistas»  son en la mayoría de los casos un salvataje para las burguesías nacionales. En el medio somos lxs explotadxs quienes pagamos el precio por sus guerras, embebidos en banderas que nos empujan a la muerte y nos alejan de nuestras propias necesidades y vínculos.

Nos queda claro una y otra vez que el nacionalismo no solo es inútil para combatir las relaciones capitalistas, sino que es parte esencial del orden de dominación mercantil. No seremos parte de sus guerras, ni aunque se autoproclamen de «liberación».

Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases.
Por la guerra social contra el Estado argentino y contra todos los Estados. 

Compa no te regales: una crítica a la mediatización de nuestras luchas

Este pequeño escrito busca ser un aporte para pensar el panorama, las limitaciones y potencias de las luchas sociales en Bs. As. Haciendo un repaso rápido por la memoria revolucionaria, hasta la complejización de la represión, la asimilación de perspectivas ciudadanas y la mediatización de nuestras vidas, que dividimos en 5 secciones:

1) El ciudadanismo
2) La represión
3) Las redes y sus lógicas
4) Compa no te regales
5) Entre la legitimidad y la negación

Creemos necesaria la puesta en común de estas tensiones para que no se resuman en criticas internas o lecturas soberbias sobre el contexto social en el que transitamos, sino que puedan dialogar, incluso con incomodidad y a la distancia, con otras visiones y perspectivas.

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Herramientas para la revuelta N°3: Contra el arte y el artista

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«Contra el arte y el artista» fue escrito en 2012, pero muchos de sus debates no solo continúan vigentes, sino que son parte de la coyuntura político-social en argentina.

Tras la avanzada de recortes, desfinanciamiento y desprestigio a las instituciones estatales ligadas a la cultura y a sus trabajadorxs, una parte (mayormente visible) de la autoproclamada «resistencia cultural» tiende constantemente a posicionarse en una defensa desde las lógicas del mercado artístico y sus valores.

Obviamente apoyamos y reivindicamos la lucha contra la ley ómnibus y el DNU, pero necesitamos plantear al mismo tiempo un cuestionamiento de las instituciones del Estado y el Capital, de lo contrario esta lucha de las que nos sentimos parte, se convierte solo en la reivindicación partidaria de un modelo productivo.

Mientras no podamos llegar a un cuestionamiento del nacionalismo y su cultura, y de la sociedad de clases y el espectáculo que la sostiene, solo vamos a seguir hablando en el lenguaje del mercado y en la disputa por el cuidado de privilegios ajenos.

Resistir no significa ponerse la camiseta de valores del patrón, sea socialdemócrata o neoliberal.
No queremos un mercado independiente, queremos que nuestras vidas no estén lidiadas por la mercancía.

Crónica de un mandato anunciado: A 19 días del gobierno de Milei

Este pequeño escrito busca transmitir, compartir y poner sobre la mesa una serie de tensiones y posibles lecturas del panorama social y político que nos toca atravesar.

Sin buscar certezas inamovibles, ni verdades a medias, nos interesa potenciar el debate y las perspectivas antiautoritarias, autónomas, anárquicas que no buscan lanzarse sobre el tambaleante clima de diciembre para rascar votos o pensar representaciones, sino para extender la rabia y la negación contra el mundo del capital y las falsas dicotomías que nos impone.

Contra los viejos ídolos del nacionalismo y la patria, y sintiéndonos parte de las manifestaciones espontaneas y del encuentro en las calles, esperamos que estas palabras sigan alentando las prácticas rebeldes.

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“Desde el momento en que gobernar se ha reducido a un ejercicio de comunicación, el mantenimiento de cierto estado de explicitación pública forma parte del mantenimiento del orden general. Es como si existiera una aduana impalpable, la cual garantiza que los contenidos política y existencialmente peligrosos se detengan en la frontera y que, al mismo tiempo, se cobre su cuota de sentido sobre cualquier otra posible circulación”

El pasado 10 de diciembre asumió la presidencia Javier Milei y en solo 19 días ya presenciamos el avance de una serie de proyectos (actualmente latentes) con un carácter explícitamente represivo, acompañando una cantidad importante de recortes, privatizaciones, inflación, despidos y una amplia gama de beneficios a las grandes multinacionales en nombre de la libertad de mercado. Desde la serie de leyes anuladas y modificadas por DNU que abarcan alrededor de 300, hasta la reciente “ley ómnibus” que será presentada al congreso en sesiones extraordinarias e incluye la aceptación de dicho DNU y mayores protocolos represivos, recortes estatales, derogación de leyes ambientales, apertura de las fronteras a ejercicios de ejércitos extranjeros, y un largo etcétera de medidas que no solo significan un avance de la explotación capitalista sino incluso una sobredimensión del poder presidencial que podría tocar los límites (siempre ficticios) de la democracia parlamentaria.

Frente a este contexto podríamos preguntarnos,
¿Cuál es nuestro rol? ¿Cuáles son nuestras perspectivas?

Luego de los cacerolazos iniciados espontáneamente el miércoles 20 de diciembre, además de una marcha impulsada por sectores de izquierda, y el comienzo del “protocolo antipiquetes”, se abrieron más incógnitas que certezas, muchas de estas aun abiertas luego de la reciente marcha de la CGT el miércoles 27.
Si bien los cacerolazos fueron, y son, una clara demostración de la potencia espontánea, de la rabia, y del movimiento que todavía sigue vigente frente al avance neoliberal, estas expresiones también tienen sus limitaciones principalmente ligadas al ciudadanismo y a las lógicas democráticas. Aunque estos procesos son extensos, y no se definen luego de algunas manifestaciones callejeras, sí son una demostración del nivel de institucionalización y de los valores discursivos que se manifiestan en los cortes de calle. “La patria no se vende, se defiende” “¿Adonde está la CGT?” “Milei vos sos la dictadura”, conviven con “Que se vayan todos”, “yuta basura” y “unidad de los trabajadores”, todas aunadas bajo un halo de ciudadanismo que se mantiene en tensión con el propio orden democrático que dice defender. Por un lado, se insulta a la policía y al mismo tiempo se reivindica que las manifestaciones sean pacificas, así la policía no avanza sobre lxs manifestantes, y lxs manifestantes tampoco buscan la confrontación directa.
Hoy podríamos decir que estamos en esa tensión donde los desbordes existen, pero son mínimos, algunas pintadas, cantitos antiyuta, expresiones propias y genuinas que conviven con el nacionalismo y la defensa de la patria.

En esta amalgama que nos toca afrontar, repetimos la pregunta ¿Cuál es nuestro rol? ¿Es enfrentarnos al nacionalismo y sus viejos ídolos? ¿Es intentar desbordar las marchas? ¿Es actuar por fuera de todas estas expresiones mediatizadas? ¿Dónde está el conflicto?

Los días pasan a un ritmo extremadamente acelerado y muchas veces se vuelven inabarcables, tanto en nuestra participación como en una lectura más o menos amplia de lo que está sucediendo, una respuesta fácil seria que sí, que hay que participar de todas las instancias que se puedan, y como se pueda, y aportar nuestro “granito de arena”, esto es sumamente valido, pero también necesitamos ser críticxs de nuestras acciones y del lugar que ocupamos en la guerra social. Tanto las propuestas de tinte más social (o populistas) que hacen oídos sordos al carácter nacionalista y representativo de muchas manifestaciones, y las de carácter más egoísta (por no decir encerradas en si mismas) que ve en todo ciudadano un enemigo, pecan de un idealismo que niega las potencias del conflicto y nos limitan a seguir la marea o a enfuscarnos en criticas panfletarias.

Nos encontramos en un punto donde la “falta de representatividad” es un tema transversal en la política, principalmente en los sectores opositores al gobierno, de ahí que frente al aluvión de medidas antipopulares una cantidad importante de personas se aferren a las herramientas que encuentran a mano. El llamado a la CGT o al congreso para la derogación de las leyes (a mi criterio) no tiene que verse como un voto de confianza a las instituciones, sino como un grito de ahogado en un ciclo de representatividad que está tambaleando, en este sentido figuras como grabois, moreno, belliboni, bregman, se lanzan desesperadxs para ser focalizadxs como representantes de la nueva supuesta “resistencia”, y la CGT y el peronismo mantienen su fortaleza en el pacto, en el cuidado de la caja sindical y el acuerdo con la burguesía. El lugar de crecimiento partidario de la izquierda y de figuras “disidentes” dentro del peronismo es hoy la bandera del conflicto ciudadano, profundamente mediatizado, pero tanto para los sectores mas pactistas como para los más “disidentes”, el conflicto radical y el choque no son fructíferos, porque la ruptura con el orden es antagónica a la acumulación de poder estructurada de los partidos políticos, que, aun así, intentan acomodarse a las circunstancias.

Pero ¿Dónde está el conflicto?

Detrás de cada manifestación hay un carácter simbólico que desborda lo político pero que en gran parte se mantiene dentro de sus márgenes, en el proceso que estamos viviendo todavía no se agotaron las opciones representativas del poder legislativo, de hecho, hoy son la “última esperanza” para detener el avance gubernamental. Si bien las marchas, los cacerolazos y el llamado a paro nacional son prácticas que influyen y condicionan el accionar político y legislativo, también sabemos que por su propia naturaleza el Estado puede pasar por sobre ellos sin demasiados perjuicios, cooptando y pactando con algunas cabecillas, y reprimiendo y aislando a los sectores en lucha, fuimos testigxs de procesos que duraron décadas con estas lógicas, tanto con el menemismo como con el kirchnerismo, de hecho los sectores radicalizados que se opusieron al avance del Estado en su formato neoliberal o progresista siempre fueron minoritarios y por fuera de las lógicas de los partidos.

En este caso hay una particularidad que radica en los amplios sectores que se ven rápidamente afectados con el “cambio” de Milei, hay una gama amplia que va desde la ley de alquileres, hasta la ley de tierras, las manifestaciones callejeras, los subsidios al transporte, el financiamiento de entes culturales y científicos, etc. que afectan directamente a casi toda la población y ya no existe un enmascaramiento en las políticas del Estado, ni siquiera se hace demasiada mención al “pueblo”, sino a los beneficios del “sector privado”.

En esta línea la falta de una proyección en las manifestaciones viene aparejada con la falsa dicotomia Estatismo-liberalismo, donde caemos nuevamente en la idealización del pasado, del estado de bienestar, de las “políticas públicas”, en contraposición a la libre competencia, la relación con estados unidos e Israel, y la ‘meritocracia’. Falsa dicotomia porque sabemos que del pasado no hay nada que rescatar, que la explotación animal y de la tierra, la propiedad privada, la policía, el trabajo, la mercantilización de la vida, las cárceles, son inherentes al sistema en el que vivimos, por más leyes, parches, y frases hechas para argumentar un “comercio más justo”. Así se defiende a YPF en contra de la privatización bajo las lógicas de la eficiencia y la producción, pero nunca es un tema de debate la destrucción de la tierra y de quienes viven en zonas aledañas a los pozos petroleros, de la misma forma con la explotación del litio donde el tema se resume en el valor del mercado y la puja entre compradores, o las plantaciones de soja y las fumigaciones, y podríamos seguir con cada una de las leyes, desde la ley de alquileres, hasta la cultura estatal, el punto está en las posibles rupturas contra el mercado, contra el capital, saliéndonos de las lógicas de eficiencia, que ni siquiera son reformistas, son simplemente administrativas bajo formas estatales y/o privadas.

 

“Nada es cercano para el que flota. La esperanza, ese muy ligero pero constante impulso hacia el mañana que se nos comunica día tras día, es el mejor agente del mantenimiento del orden. Se nos informa cotidianamente de problemas contra los que no podemos hacer nada, pero para los que sin duda mañana habrá solución. Todo el asfixiante sentimiento de impotencia que esta organización social cultiva en cada uno de nosotros hasta donde alcanza la vista no es más que una inmensa pedagogía de la espera. Es una huida del ahora”.

Para poder aterrizar nuestras ideas y potencias podemos pensar en relación a un entorno más amplio, al lugar que ocupa el gobierno argentino dentro de los entramados del capitalismo internacional, por ejemplo como plantean algunxs compañerxs al otro lado de la cordillera:

El capitalismo en su actual etapa de desarrollo transita por una crisis de alcance mundial que no puede ser superada dentro de los márgenes del sistema mismo. El capital es una contradicción en proceso, ya que tiende, mediante la competencia entre productores privados, a reducir al mínimo el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir mercancías, mediante la aplicación de nuevas tecnologías, que paradójicamente requieren de cada vez menos mano de obra –seres humanos– en el proceso de producción: el problema radica en que solo el trabajo vivo realizado por la humanidad crea valor. De esta manera se mina la base sobre la cual se desarrolla la autovalorización del capital, aumentando vertiginosamente una masa cada vez mayor de personas que “sobran”, son “superfluas” y “no sirven” para las necesidades del capital, pero que continúan necesitando dinero para no morir.

En este sentido estamos frente a un movimiento constante en el avance de formas de producción y reproducción capitalistas en donde los Estados alternan su gobernabilidad y funciones administrativas bajo las lógicas más eficientes para el mercado y el sostenimiento del orden social. El lugar que ocupa argentina dentro del contexto sudamericano no puede ser visto con los mismos ojos que pensamos por el ejemplo la función adoptada por los Estados europeos o estadounidense. Así como las fuerzas de “resistencia” se agrupan de forma ordenada frente al orden regional, por ejemplo, las izquierdas institucionales europeas se mueven bajo esquemas contrarios al nacionalismo, tendiendo hacia un “europeísmo” y a las finanzas internacionales bajo el halo de la socialdemocracia, mientras que slogans que acá son vistos como “progresistas” (la patria no se vende, se defiende) podrían ser la bandera principal en una marcha contra la inmigración en Italia. Esto no significa, solamente, que muchas de las consignas y de los valores sociales que se manifiestan en los sectores progresistas sean fuertemente conservadores, sino que también responden a una historia nacional, a una retorica impuesta desde el Estado y sobre todo a que el “enemigo” actual viene acompañado con todas las insignias de la bandera estadounidense.

Ahora, contrariamente al fascismo que históricamente supone una reacción a los movimientos revolucionarios, “el movimiento autoritario que se da no es ni tampoco, hablando en términos técnicos, una movilización reaccionaria. No reacciona a un empuje de la modernidad. Es expresión de ella”. Es necesario entender esta lógica para que nuestra respuesta al avance del reacomodo estructural del capitalismo no signifique una reacción hacia la reivindicación estatal y legislativa, sino una ruptura que pueda potenciar ese encuentro, ese congelamiento del tiempo y aterrizaje con el presente que se dio por ejemplo cuando los distintos barrios de capital y del pais organizaron decenas de cortes de forma espontánea.

Así como la dictadura y el menemismo fueron la cara del avance de las privatizaciones en la “nueva vuelta de tuerca del capitalismo” que supuso el vaciamiento de las industrias nacionales y de los movimientos obreros hacia una estructuración global en torno a las finanzas y la descentralización de las manufacturas, el kirchnerismo extendió y profundizó el lugar de argentina como productor de materia prima con la llegada de Monsanto, Barrick Gold, Chevron, etc. y la constante expansión del mercado inmobiliario, el despojo y la privatización de tierras y el beneficio del sector hotelero. “El progresismo es el progreso del Capital, por más que se lo quiera pensar como el progreso de la sociedad contra la avanzada capitalista.”

Entonces la “salida”, o las acciones, las perspectivas, que puedan enfrentar esta línea directa de avances capitalistas hacia una vida cada vez más recortada, más distanciada, separada, alienada y explotada, no puede partir de ningún punto de ese recorrido previo, ni tampoco de la idealización de los procesos de resistencia que (lamentablemente) fueron derrotados.

“Todas las razones para hacer una revolución están ahí. No falta ninguna. El naufragio de la política, la arrogancia de los poderosos, el reinado de lo falso, la vulgaridad de los ricos, los cataclismos de la industria, la miseria galopante, la explotación desnuda, el apocalipsis ecológico … no se nos priva de nada, ni siquiera de estar informados de ello. Todas las razones están reunidas, pero no son las razones las que hacen las revoluciones; son los cuerpos. y los cuerpos están delante de las pantallas”.

Hay un rasgo en todas las manifestaciones que se parecen más a un ejercicio de operaciones para el control de las masas que a las particularidades por las que dicen estar motivadas. Tanto en la marcha diurna del miércoles 20 como en la de la CGT del 27, se repite de forma maximizada el teatro comunicacional de los cortes de calle, en una cámara aérea las masas en tribunales o en plaza de mayo, a pantalla partida Bullrich y Milei en la central de la policía de la ciudad “controlando el operativo”, en el medio los noteros ávidos de sangre buscando declaraciones en estación constitución, toda una gran obra mediatizada y expuesta para youtube y twitter, mientras los “medios independientes” ya redactan su columna sobre la represión incluso cuando todo transite sin demasiadas complicaciones.

Intentando no caer en el cinismo, podemos decir que si, hay expresiones que suceden a pesar del espectáculo mediático, pero no deja de ser un factor central la mediatización de las calles, tanto por los medios oficiales como por cada persona/celular atenta a captar lo que suceda o a ser visible por lxs otrxs. Esta mediatización responde y acompaña el lugar político previamente acordado en las manifestaciones, donde se “acompaña a los dirigentes”, o se “visibiliza el reclamo”, y se distancia y resquebraja cuando surgen de la espontaneidad o de sectores más pequeños. La pregunta que podemos hacernos es cómo avanzamos hacia una desinstitucionalización de las marchas.

“La verdadera fecundidad de una acción reside en el interior de sí misma. Esto no significa que no exista, para nosotros, una cuestión de eficacia constatable de una acción. Significa que la potencia de impacto de una acción no reside en sus efectos, sino en lo que se expresa inmediatamente en ella. Lo que se edifica sobre la sola base del esfuerzo acaba siempre por derrumbarse por causa de agotamiento. De forma típica, la operación que el cortejo de cabeza hizo sufrir al dispositivo procesional de la manifestación sindical es una operación de destitución. Con la alegría vital que expresaba, con la agudeza de su gesto, con su determinación, con su carácter afirmativo tanto como ofensivo, el cortejo de cabeza atrajo hacia sí mismo todo lo que continuaba vivo en las filas militantes y destituyó la manifestación como institución. No con la crítica del resto de la marcha, sino haciendo un uso distinto al simbólico del hecho de tomar la calle. Sustraerse de las instituciones es todo salvo dejar un vacío, es ahogarlas positivamente”.

Con esto no queremos decir que los medios sean directamente replicables, pero si compartimos la idea que “Sustraerse de las instituciones es todo salvo dejar un vacío, es ahogarlas positivamente”, detrás de las incomodidades, de las frustraciones, de nuestras quejas, tiene que surgir una propuesta de carácter afirmativo, incluso aunque sea riesgosa, sin desesperarse, pero siendo conscientes que esperar a que la inercia mediática-política-espectacular decante en una intensificación del conflicto, solo nos convierte en espectadores de nuestras vidas. Sabemos que no somos lxs únicxs y que no queremos ser la vanguardia de nada, pero llega un punto en donde las acciones tienen que hablar por si mismas.

Lxs anarquistas en la revuelta. Argentina: diciembre de 2001.

Este año se cumplen 22 de aquel diciembre del 2001, de la rabia en las calles, de la revuelta, de la solidaridad a flor de piel y también de la represión más obvia, más cruda y obscena del Estado Argentino. Esta es una recopilación de textos anarquistas escritos entre mayo del 2002 y diciembre del 2012, algunos con perspectivas más ligadas a la informalidad anárquica como en “20/12/01” y “19 y 20 de diciembre” publicados en Abrazando en Caos y en Exquisita rebeldía, otros de tendencia especifista como la Editorial del periódico Hijos del Pueblo de la Red Libertaria, publicado en 2006, y varios de una línea más bien “clásica” del histórico periódico Libertad, con notas escritas al calor de la revuelta todavía latente y de los intentos de recuperación y aparateo partidista por parte de la izquierda institucional y el peronismo.

Decidimos reunir distintas voces para complejizar la lectura, para darnos distintas perspectivas y ampliar la visión sobre el 2001, algunas más cercanas a la idealización del “pueblo”, otras más enfuscadas en la disputa contra “la izquierda”, pero todas con la reivindicación antiautoritaria y con una necesidad de extender el estallido más allá de las lógicas políticas y sus instituciones. En algunos casos lxs compañerxs hablaran de estallido, otras de revuelta, y hasta de un golpe de estado orquestado, si bien los términos a día de hoy siguen sin ser definitivos, tenemos en claro que diciembre fue eso y mucho más, fue una manipulación mediática y un juego político pero también fue la ruptura con el orden social con un ánimo insurrecto, fue la negación de la policía pero también el acordonamiento populista, fue la solidaridad rebelde y también la rebeldía chocando contra sus propios límites.

Hoy a 22 años seguimos apostando y reivindicando el conflicto y la negación de la autoridad, con la convicción intacta y la necesidad vital de una vida más allá de los límites del Estado y el Capital. Esperamos que las palabras y reflexiones que vienen a continuación puedan significar una enseñanza y una motivación a nuestras luchas.

Todas las fotos publicadas fueron extraídas del archivo Kasa Loka
tomadas a finales de los 90’s y principios de los 00’s.
https://kasaloka.com/

Expandiendo la Revuelta. Buenos Aires. Diciembre 2023.

Descarga Lxs anarquistas: diciembre 2001

Herramientas para la revuelta N°1

«Quienes admiten que hay una rabia de fondo, una rabia política y popular, consideran que esta está mal enfocada, es decir, que está canalizada hacia el racismo, el antisemitismo, hacia el ansia de un poder fuerte que limpiará el terreno de toda la escoria.Como prueba de ello, se suele invocar el gran éxito de los vídeos racistas del ensayista Alain Soral y del humorista Dieudonné.

La burguesía cultural reprocha a los obreros que hayan empezado a votar al Front National y no al Partido Comunista; considera que el pueblo es, sin duda alguna, reaccionario. Respecto al fulgurante auge del fascismo en Francia, lo que sucede en realidad es que la gente ya no soporta los marcos políticos e ideológicos impuestos, pierden los estribos y caen en toda clase de trampas, a falta de movimientos revolucionarios que puedan entender y a los que se puedan unir.

Y, sin embargo, esa burguesía cultural es justamente la que alimenta esta carencia, la que trabaja duro e instintivamente en la desmoralización política general, unas veces usando la calumnia, otras veces burlándose, a menudo callándose. En cuanto la situación se salga de sus casillas, en cuanto «el movimiento real que abole las condiciones existentes» haga su aparición en las calles, veremos como se desintegran los fenómenos fascistizantes.

Si dejamos de lado a los neonazis, a los irrecuperables de cabeza rapada, ¿de verdad creemos que los proletarios que votan a la extrema derecha,por odio a un sistema que los ignora, se quedarán quietos delante del televisor?

¿No se unirán a sus hermanos y hermanas de clase?

Confiemos en ellos».


Herramientas para la revuelta busca ser un pequeño aporte con recomendaciones de otras editoriales para pensar el conflicto, alentar la insurrección, y profundizar en las distintas perspectivas y debates anárquicos.

«La dinámica de la revuelta» (2019) de Éric Hazan, editado por @viruseditorial es un libro que reúne las principales preguntas en torno a las formas de construcción social y las limitaciones de la revuelta, expresadas en sus distintos capítulos:

-Politización
-Correlación de fuerzas
-Parlamentarismo
-Vanguardia

En ellos Hazan confronta de forma transversal las distintas perspectivas reformistas, partidarias y contrarrevolucionarias desde una perspectiva histórica y antiautoritaria.

Desde un lugar más crítico podemos distanciarnos de cierta perspectiva enfocada principalmente desde Europa y en cierta exacerbación esperanzadora con respecto al proletariado, pero esta distancia no significa en si misma una diferencia, sino otra perspectiva.

Para el impulso de la revuelta no solo es necesario el análisis y la crítica profunda, sino el convencimiento y la convicción de su posibilidad y necesidad material en el presente, creemos que el libro de Éric Hazan nos ofrece ambas y alienta las potencias rebeldes.

Descargar La dinámica de la revuelta

 

Un diálogo con Freedom sobre la victoria de Milei y el contexto en Argentina

Esta entrevista a la distancia con Freedom, periódico histórico de Londres fundado en 1886 por Piotr Kropotkin, surge tanto del interés de lxs compañerxs en Inglaterra, como de la necesidad de pensar nuestro  contexto y responder a inquietudes y desafíos, tanto propios como ajenos.

A la hora de responder preguntas que se acercan desde otro contexto (seguramente no tan diferente) se produce un ejercicio de pensar en detalle las palabras, la elección de las respuestas y la «imagen» que unx quiere o puede plasmar del contexto en Buenos Aires, intentando no caer en la sobredimensión de nuestra influencia como anarquistas, pero tampoco limitándonos a entender la realidad social desde la óptica burguesa de la democracia y los cambios de mando.

Las siguientes preguntas y respuestas tienen que leerse como un desafío, no hacia la «verdad» sino en dirección a la práctica reflexiva por comprender, posicionarse y encontrar las grietas necesarias para desafiar el orden social.


Freedom: Entonces, supongo que lo primero que nos preguntamos es qué significará el nuevo presidente para la gente de allí. Quizás un poco con respecto al último, ¿Cuál será la diferencia? ¿Se está movilizando la gente? ¿Cómo es la organización allí? ¿Existe un plan de acción? ¿Conexiones entre grupos afectados? ¿Era esperado este resultado?

Expandiendo: Es difícil augurar una respuesta a futuro, el presidente Javier Milei asume el 10 de diciembre, pero ya comienzan a organizarse distintas manifestaciones, sobre todo en sectores que están siendo fuertemente cuestionados como los medios estatales de comunicación y distintos ministerios más ligados al sector público, ante el anuncio de futuros recortes y despidos ya se están organizando asambleas y espacios de discusión. Es también complicado pensar en posibles “planes de acción”, porque la victoria de Milei no puede verse como un hecho aislado, sino como el resultado de un vaciamiento e institucionalización de muchas luchas sociales de los últimos años, un ejemplo de esto es claramente el sindicalismo nacional, reflejado mayoritariamente por la CGT (confederación general del trabajo) la central oficial del sindicalismo que es obscenamente burocrática, represiva y defensora de los gobiernos peronistas, este ejemplo de la CGT, que no propuso ningún paro ni huelga general durante los últimos 4 años donde la inflación fue del 140%  y reprimió a los sectores minoritarios del sindicalismo que luchaban por aumentos de salarios, pero que hizo manifestaciones para apoyar al candidato a presidente del peronismo, el ministro de economía Sergio Massa.

En general hay un clima de movilización en la actualidad, pero que también es el resultado del primer shock por la victoria de Milei, en las próximas semanas y meses probablemente muchos sectores hagan pactos con el gobierno, nuestra apuesta obviamente está en los espacios más radicales de lucha donde podamos impulsar una propuesta que no sea simplemente de “resistencia” sino una crítica profunda al sistema capitalista y al Estado.

Con respecto al resultado, en un principio no fue esperado, muchos esperaban que ganara la derecha liberal pero de sectores más ‘moderados’ dentro del Partido de Mauricio Macri, luego de las primeras elecciones (en Argentina se vota 2 o 3 veces para definir al presidente dependiendo los porcentajes) la sorpresa de Milei significó un balde agua fría para una parte importante de la población, pero también un ‘golpe de realidad’ para quienes apoyaban y justificaban al gobierno anterior.

 

F: ¿Qué tan exitosas han sido las personas en la construcción de relaciones de apoyo mutuo  durante los últimos 22 años?
¿Que funcionó y que no funcionó? Y ¿Qué significa la caída del peronismo, la vieja izquierda? ¿Oportunidades o simplemente un vacío?

E: Creo que ambas preguntan van de la mano y es necesario aclarar que el peronismo, como leímos en distintos lugares, no es un movimiento ni un partido de izquierda, esto es importante para complejizar y profundizar en el contexto nacional, y no lo digo como una defensa de “la izquierda” (con quienes también tenemos posiciones enfrentadas), sino para poder comprender el contexto político en Argentina. La izquierda institucional en argentina está representada por el “Frente de Izquierda” que va a elecciones todos los años y consigue porcentajes muy bajos (3%), pero que cuenta con algunos diputados y bastante visibilidad y propaganda de sus principales candidatos, el Peronismo tiene la particularidad de ser una estructura que aglutina a distintos partidos, en la actualidad representado principalmente por “Unión por la patria”, en donde confluyen distintos grupos y alianzas ligadas al Nacionalismo Popular (obviamente desprendidos de las ideas del General Perón), si bien en cierto momento el Peronismo pudo tener una imagen más “progresista”, esto tiene que ser visto como parte de maniobras electorales y políticas que tienden a acomodarse a la coyuntura nacional (y no como una postura ideológica, los peronistas tampoco se identifican ‘de izquierda’), por ejemplo, el gobierno de Carlos Menem (1990-2000) fue explícitamente peronista y neoliberal y contó con el apoyo de todos los gobernadores de las distintas provincias (entre ellos Nestor y Cristina Kirchner), pero luego de las revueltas del 2001 y la imagen negativa que tenía Menem, el peronismo comenzó una campaña “crítica” con el neoliberalismo y más ligada al latinoamericanismo y las alianzas con gobiernos más progresistas (Lula da Silva, Chavez, Mujica) y en paralelo, mientras se hablaba de “soberanía nacional” impulsaron proyectos que trajeron al país a empresas como Monsanto, Barrick Gold, Chevron, etc. dedicadas al extractivismo y la destrucción del medio ambiente.

Una de las dificultades de las luchas sociales frente a los gobiernos peronistas-kirchneristas del 2003 al 2015 tuvo que ver con que muchos de los movimientos que impulsaron la movilización en el 2001 como los piqueteros y las asambleas barriales, fueron institucionalizados y desligados de su factor rebelde, y los sectores más combativos fueron fuertemente reprimidos buscando aislarlos de los distintos movimientos sociales, la imagen de “izquierda” que supo crearse el kirchnerismo fue justamente en base a la represión a la izquierda extraparlamentaria y a los movimientos autónomos y anarquistas.

La ‘caída’ del peronismo no creo que represente ni una oportunidad, ni un vacío en sí mismo, ellos simplemente buscarán acomodarse electoralmente y promover alguna movilización siempre y cuando le sea redituable políticamente. Al mismo tiempo, es verdad que frente a un gobierno explícitamente de ultraderecha hay una facilidad para visualizar al enemigo, porque durante muchos años afrontamos una propaganda nacionalista del gobierno con slogans como “El Estado somos todos” y acusando a quienes nos enfrentamos al Estado de  “hacerle el juego a la derecha”, en este sentido toda movilización contra los gobiernos pasados era acusada de “reaccionaria”,  ahora el desafío es que la rabia y la necesidad de acción de muchos sectores que ven en Milei y todo su gobierno un enemigo claro, no sea recuperada nuevamente por los partidos políticos como sucedió por ejemplo en 2003 y en 2015.

F: Javier Milei es como un refrito de su predecesor neoliberal y
presidencial Mauricio Macri, quien reabrió la puerta a los capitalistas buitres estadounidenses e instituyó una nueva ola de políticas pro Shock Therapy que provocaron una tasa de pobreza del 36% y una inflación de hasta el 40%. Entre 2018 y 2020, el FMI concedió a Macri los mayores préstamos de su historia: 100.000 millones de dólares (56.000 millones de dólares en 2018 y 44.000 millones de dólares en 2020). Así, entre 2012 y 2021, Argentina tuvo el mayor aumento de deuda pública: 40,5 puntos porcentuales del PIB. Cuando Fernández asumió el cargo en 2019, la deuda del país ascendía a más de 320.000 millones de dólares y en noviembre de 2023 había alcanzado los 420.000 millones de dólares. Entonces, ¿es correcto que Fernández heredó la carga del FMI de Macri y eso obstaculizó su capacidad para cumplir sus promesas de campaña? Sus predecesores peronistas de centro izquierda habían logrado
escapar de las deudas de Argentina en el pasado declarándolas «odiosas», algo que Mandela y el ANC fueron criticados por no haber hecho cuando asumieron el poder.
Su sucesor de ‘centro izquierda’, Fernández, se había comprometido a abordar la crisis social de Argentina, pero no logró avances suficientes, lo que muy probablemente creó las bases para que el
oportunismo al estilo Trump de Milei ganara fuerza. ¿Es Milei diferente a otros neoliberales, incluido Macri, o es esto una
victoria de marca para él? / ¿En qué medida se diferencia de Macri?
¿Podrá implementar políticas como romper vínculos con Brasil y China y dolarizar la economía? Si no se sale con la suya, ¿existen las
condiciones que le permitirían convertirse en dictador? / ¿Qué
impedimentos existen que le impedirían convertirse en dictador? ¿Cómo lo perciben los no incels en Argentina? (como si pareciera un poco perezoso…) ¿Cómo podemos evitar que la gente lo llame
«anarcocapitalista»? ¿Existe una red organizada y conectada de personas que puedan responder a la amenaza que representa, por ejemplo? ¿Indígenas/ambientales/anarquistas, etc.?

E: El tema de la deuda con el FMI atraviesa a la economía argentina desde hace muchos años, desde los años ’50, pero para resumirla podemos ver una línea clara en la dictadura de 1976-1983 que toma grandes deudas y comienza un plan de privatización masivo, esta línea es continuada y profundizada en 1990 con la década neoliberal, y frente a las revueltas del 2001 y en un contexto distinto nacional y regional, se comienza un camino de alianzas económicas regionales y el gobierno acuerda pagar gran parte de la deuda (que ellos mismos habían tomado en los 90’s) entre 2006 y 2009. Obviamente el gobierno de Macri reabrió la deuda bajo distintas justificaciones, más o menos reales, como que Argentina estaba en fuerte déficit y que la burbuja económica creada entre 2006 y 2015 era insostenible, pero como ocurre siempre, la nueva deuda con el FMI no estaba dirigida a recuperar financieramente al país sino a profundizar el saqueo y la explotación, de hecho hay muchos juicios abiertos por corrupción porque una parte importante de los fondos se esfumaron a cuentas en el exterior.

El gobierno de Alberto Fernández de tendencia peronista (2019-2023) utilizó esta deuda como justificación durante todo su mandato, toda responsabilidad económica fue desligada hacia la deuda tomada por Macri, pero su decisión fue la de acordar con el FMI y pagar la deuda que para muchos era “fraudulenta”, hubo distintas manifestaciones y reclamos para romper lazos con el FMI y no pagarle, pero el gobierno reprimió estas protestas y encarceló a varios manifestantes por atacar el Congreso el día del acuerdo.

En este sentido para nosotros la deuda con el FMI no deja de ser una lógica de los partidos en el poder, donde unos toman la deuda, los otros la pagan, y justifican su mandato criticando al gobierno anterior, en el medio es nuestra clase explotada la que termina pagando y sufriendo los recortes y una vida cada vez más difícil de sostener.

Con respecto a Milei y sus diferencias o semejanzas con Macri, hubo un quiebre con respecto a la ultima parte de las elecciones que evidenció que muchas de las consignas de Milei eran ficciones populistas, su lema principal al principio fue “Terminar con la casta política” y “Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre”, buscando mostrarse como “outsider” de la política, y esta postura la sostuvo mediáticamente con vehemencia, diciendo que tanto Massa como Macri y su partido eran una mafia, títeres, e incluso ‘socialistas’, además proponiendo la dolarización y recortes tajantes. Pero en el ultimo mes, para ganar las elecciones se alió con Macri y su candidata Patricia Bullrich (quien había sido ‘peronista socialista’ en los 70’s), desdiciendo las acusaciones que había hecho unas semanas atrás, y actualmente dándole puestos en muchos de los ministerios al partido de Macri (Juntos por el Cambio), Bullrich será nuevamente ministro de seguridad y Luis Caputo, el mismo que tomó la deuda con el FMI EN 2016, será nuevamente ministro de economía.

Estos ejemplos demuestran que la verborragia populista de Milei era, como en todos los Partidos, una caricatura para llegar al poder, de hecho, una parte de los recortes que proponía, e incluso la dolarización, comienza a decirse que son planes a largo plazo que tardarían muchos años en realizarse, incluso décadas. Esto también es muy cuestionado por los propios militantes de “La libertad avanza” (Milei), ya que aun sin haber asumido el gobierno, comenzaron a ser modificados sus planes económicos.

Si bien durante la campaña electoral Milei fue presentado abiertamente como fascista por los sectores opositores, es necesario separar la propaganda de la realidad política argentina, dentro de La Libertad Avanza (LLA) hay sectores de ultraderecha, eso es innegable, su vicepresidenta está directamente conectada con la ultima dictadura militar y justifica abiertamente la represión contra los movimientos revolucionarios en los 70’s, pero también hay una parte de liberales que vienen de sectores tanto de Macri como de Massa (además de ser el candidato de Unión por la Patria, el candidato peronista tiene su partido político llamado “Frente Renovador” de fuerte carácter represivo y conservador). El debate dentro de sus lógicas políticas es cuánto se pueden garantizar los futuros recortes y la fuga de capitales y al mismo tiempo sostener el orden social, si Milei se transforma en un peligro para el orden político-económico y sus negocios, no hay dudas que los mismos políticos que hoy lo apoyan van a pedir su renuncia en pocos años.

Ahí entra el factor de los movimientos de resistencia, a grandes rasgos si, hay una resistencia mapuche autónoma importante, y distintas asambleas ambientales que también mantienen sus posiciones contra todos los gobiernos y contra las ONG’s que buscan comercializar las luchas, también hay un movimiento anarquista y antiautoritario amplio, que aunque es minoritario, tiene distintas herramientas para expandir el conflicto y alentar la revuelta, obviamente hablamos de sectores pequeños, pero que en un contexto donde mucha más gente se encuentra movilizada por el avance estatal en su formato liberal, pueden ser influyentes. Además, el movimiento feminista que luego de la legalización del aborto (diciembre 2020) entró en un ciclo de institucionalización y alejó a muchas personas, nuevamente vuelve a movilizarse como factor de cuestionamiento social.

Y no hay que dejar de mencionar que la represión también es fuerte y seguramente aumente, argentina es uno de los países con mayor cantidad de policías cada 100.000 habitantes (803), mientras que en Estados Unidos o Canada, por ejemplo, no llega a los 200. Este proceso de control social y aumento de la cantidad de policías en las calles aumentó en todos los gobiernos desde el 2002 hasta el presente.

Con respecto al factor “anarcocapitalista” hay algunos debates en torno a la utilización por parte de Milei de frases icónicas rebeldes para su campaña política, hay quienes buscan entrar en el debate teórico/histórico por ejemplo con el uso de la palabra “libertario” que se le atribuye a sus militantes, para nosotros si bien es un factor a tener en cuenta, creemos que el debate tiene que ir más allá de las falsas dicotomías que nos imponen los partidos en el poder, lo más peligroso del relato “antiestatal” con el que se lo relaciona a Milei, tanto por quienes lo apoyan como por quienes dicen estar en contra, es que entramos en un falso dilema en torno a la gestión estatal, llegando al absurdo de afirmar que un presidente está en contra del Estado o que una “resistencia” contra el gobierno tiene que dirigirse a asegurar los derechos y las instituciones estatales, este punto es central para poder atravesar y responder a los próximos años de discusiones y convulsión social, comprendiendo que la gestión neoliberal del Estado y el Nacionalismo populista no son dos posturas enfrentadas, sino las dos caras de la misma moneda con las que el Capital va alternando la gobernabilidad.

 

F: tal vez una mirada hacia adelante. ¿Qué herramientas tiene la gente para defenderse de la terapia de shock y presionar a las corporaciones y al gobierno? Y si el nuevo hace lo de Liz Truss y es asaltado por los mercados, ¿podrán responder los movimientos sociales?

E: Creo que las herramientas son más o menos las mismas que hace muchos años (eso puede ser un problema también), la movilización popular, la huelga, la solidaridad, la confrontación, nuestras inquietudes en el presente tienen que ver con cómo actuar en un contexto de movilización y preocupación pero fuertemente institucionalizado, muchos líderes sociales son representantes de organizaciones y partidos políticos que solo ven la posibilidad del conflicto como una forma para sostener este orden social, en este punto pueden unirnos algunos momentos espontáneos en manifestaciones, pero también ellos son los primeros en criminalizar a quienes se enfrentan a la policía o usan capuchas cuando el conflicto no les sirve políticamente. Esto fue muy evidente durante el 2017, el 1° de Agosto fue desaparecido nuestro compañero anarquista Santiago Maldonado mientras se encontraba cortando una ruta en el sur del país junto a una comunidad mapuche en Cushamen, la gendarmería (policía militarizada nacional), lo secuestró y su cuerpo fue encontrado recién 2 meses después. Durante esos meses muchos anarquistas, rebeldes y antiautoritarios salimos a las calles, con muchas acciones, propaganda y difusión, y muchos Partidos y organizaciones utilizaron el asesinato de Santiago para hacer campaña política (en 2017 había elecciones en el congreso) y “ensuciar” la imagen de Macri y Bullrich relacionándolos con las desapariciones en la dictadura militar. En ese contexto la posibilidad de una revuelta por nuestro compañero (algo que en un principio era realmente posible) fue fuertemente reprimida, no solo por la policía, sino por el peronismo y la izquierda institucional, fueron ellos quienes negaron la identidad anarquista de Santiago e iniciaron una campaña mediática acusando a sus compañeros de “infiltrados”, una lógica que se utiliza tanto acá como en Chile o Brasil para criminalizar a los anarquistas y acusarlos de ser policías o “agitadores”. Hoy en día la imagen de Santiago es conocida en todo el país, pero su memoria anarquista es invisibilizada muchas veces.

Estas experiencias nos enseñaron que, si bien estamos en el conflicto, organizándonos, generando relaciones, abriendo más espacios de debate y discusión, también tenemos que ser conscientes y estar atentos a las jugadas políticas que cambian de forma de acuerdo con sus necesidades, y no caer en el juego de los “frentes unidos” con representantes del Estado y la burguesía nacional.

Nuestras convicciones siguen siendo firmes, impulsar la lucha revolucionaria por la destrucción del Estado y el Capital sin caer en lógicas reformistas ni nacionalistas, y al mismo tiempo negándonos a encerrarnos en verdades a medias y slogans panfletarios.

Alexis Grigoropoulos y la solidaridad anárquica en Buenos Aires

Una botella resctada del mar de la información – la rivolta 2019

A 15 años del asesinato de Alexis seguimos recordando su memoria anárquica y la potencia revolucionaria de lxs compañerxs tanto en Grecia, como en Buenos Aires, Santiago de Chile, y distintas partes del mundo.

La revuelta en Grecia durante 2008 y 2009 no solo fue un impulso insurreccional internacional, sino la primera de las grandes revueltas del siglo xxi en donde la presencia anarquista dio la vuelta al mundo, fortaleciendo lazos y extendiendo la historia centenaria de las perspectivas antiautoritarias.

Si bien las propuestas anárquicas ya habían tenido una «revitalización» a partir de los 80’s/90’s, en parte influenciada por lxs compañerxs en Italia y Alfredo Bonanno (quien nos enteramos tristemente que a fallecido el día de hoy), durante los ’00 con la llegada de la FAI-FRI, la conspiración células del fuego, y las distintas perspectivas informales, nos encontramos probablemente con uno de los momentos más álgidos del anarquismo internacional entre 2006 y 2013 y distintos debates en torno al nihilismo, la nueva guerrilla urbana o la liberación de la tierra.

Tener presente la revuelta en grecia no tiene que ver con el fetiche o la nostalgia, sino con la constante necesidad de hacer de la memoria una acción y de nuestra historia una constante reivindicación.

Dejamos el texto «Una botella rescatada del mar de la información», para profundizar en las distintas acciones solidarias desde Buenos Aires con lxs compañerxs en Grecia.

Una botella resctada del mar de la información – la rivolta 2019

Algunas palabras contra el panorama electoral

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Algunas palabras contra el panorama electoral

Pareciera imposible no caer en la redundancia en un clima tan hastiado, repetido hasta el hartazgo de slogans políticos y frases hechas, comunicados, cartas abiertas, campañas que se responden a si mismas, con enfoques analizados en focus group y análisis masivos de datos.

A veces unx se tienta en caer en la sobredimensión de nuestras palabras, en que con este posteo, con estas storys, con esta propaganda, estamos generando algo, cambiando algo, y no se trata de menospreciar el esfuerzo, o relativizar nuestras potencias, sino que cuando esa propaganda es repetida una y otra vez, con variables y enfoques casi imperceptibles, simplemente no se está pensando críticamente como unx tiende a creer, no se está analizando nada, se está recorriendo un laberinto previamente demarcado con un final evidente: hay que votar a Massa.

Todas las cartas parecieran estar sobre la mesa, y no se va a volver a barajar, su campaña podrá ser o no exitosa en la búsqueda electoral, y frente a eso no nos queda nada que decir, vivimos en un régimen que nos delimita pocas (por no decir nulas) opciones, que atraviesa nuestros cuerpos, ideas e impulsos, no es extraño que frente a la mediatización de nuestras vidas respondamos con lo poco que tenemos en nuestras manos, con un voto, lo entendemos, pero lo que muchxs no entienden es que realmente hay ‘otras’ voces, que los márgenes existen, y que la democracia es el orden domesticador esas otras posibilidades.

Hoy no es momento para convencer a nadie, ni para lanzar loas a viejas luchas, a otros contextos o a idealismos teóricos, simplemente recordar, recordarnos, que la revolución social no es un simple juego, que la insurrección, la subversión del orden existente, son palabras que tienen su peso y justamente lo tienen porque son llevadas a la práctica, que la anarquía, a pesar que intente ser tomada como un slogan vacío, tiene su historia y su radicalidad hoy, acá, en muchas experiencias y compañerxs. Afirmar lo obvio, no da todo lo mismo, como les gusta decir a ustedes, no da lo mismo embanderarse en ideas supuestamente revolucionarias si cada 4 años van a cambiarlas por el discurso de la democracia, no nos engañemos, o tensionemos estos propios engaños, en el mercado de las ideologías pareciera que somos solo ciudadanos intercambiando la remera de Severino di Giovanni por la del che Guevara para terminar comprando la de Perón cuando está en oferta.

¿Cómo podemos transmitir nuestras experiencias?

Tal vez ya es demasiado tarde para eso, pero aunque suene moralista, aunque pueda llegar a tener el tono de la culpa, la democracia fue la que asesinó a nuestrxs compañerxs, y los partidos que compiten por el poder, desde la izquierda a la derecha del color que más les guste, usó la muerte de nuestrxs compañerxs para defender este orden social, lo hicieron con Santiago Maldonado, lo hicieron con Rafael Nahuel, con Facundo Molares, y lo van a seguir haciendo, no nos sorprende, si asombra tanta falta de memoria, pero sobre todo falta de cercanía. Todxs lxs que afrontamos la represión con allanamientos y decenas de compañerxs en la cárcel sabemos que todos esos discursos contra el fascismo, por la comunidad y demás, no se condicen con las prácticas, y no lo harán en el futuro, no por cinismo o desconfianza, sino porque los movimientos rebeldes y revolucionarios son entornos históricamente aislados (obviamente), solo nombrados después de ser asesinadxs y desaparecidxs, con suerte. ¿Quiénes se piensan que nos abrieron causas y allanaron casas después de que distintxs anarquistas y antifascistas se hayan enfrentado a los grupos de biondini o de la libertad avanza? ¿Quiénes se piensan que metieron a lxs anarquistas presxs luego del ataque a clarín o al Juez Bonadío? ¿La policía ‘fascista’ o la policía ‘democrática’?

Dentro de las dicotomías que ustedes plantean, nosotrxs no existimos, nos hablan de la represión venidera, del fascismo, pero cuando la democracia asesinó a dario y maxi, a mariano ferreyra o a Luciano arruga, ahí no nos molestó tanto, si Tehuel está desaparecido, si la policía asesina a unx pibx que desconocemos cada 20hs, si la ciudad está llena de cámaras, etc. etc. etc…

Muchxs nos opusimos (oponemos) a este orden y a este sistema que tanto les gusta avalar y reivindicar, y obviamente recibimos todo el peso de su represión, tanto legal como ilegal, vimos nuestros libros salir en los diarios como evidencia de asociaciones terroristas, vimos a nuestros familiares ser perseguidxs e investigadxs, y podríamos seguir eternamente, no se trata de eso, no se trata de pedir empatía ni solidaridad, o de victimizarse (unx sabe a lo que se opone), se trata simplemente de aterrizar, y de entender que la democracia no es un antagónico del fascismo, y que la alternancia del poder es esencial para el sostenimiento del capitalismo, porque la gestión de la explotación puede hacerse tanto con la bandera nacionalista como liberal, incluso con la roja, mientras sigamos hablando en el idioma de nuestros explotadores y sigamos creyendo que en las elecciones hay una opción real en relación con nuestras necesidades, vamos a seguir  avanzando por el mismo camino sin salida.

¿Y ustedes que proponen?

Unx puede proponer lo que tiene al alcance, los grandes manifiestos alentando al proletariado a unirse y combatir son solo humo, siempre lo fueron, lo que nos quedan son las relaciones, nuestras ideas, convicciones, espacios, compañerxs, nos queda la acción directa, y no se trata de exhibir curriculums de ‘lucha’, pero si recordar que son muchxs lxs que tienen memoria, y sobre todo que nuestras condiciones de explotación nunca van a cambiar por las vías institucionales.

Votar a Massa es simplemente elegir a tu oponente, Votar a massa es cuidar a tus amigxs, es enfrentar al fascismo, es defender los derechos, es lo que quieras, votar a Massa es lo que vos quieras, solo tenés que votarlo. Es difícil, sino imposible, tomar en serio todas las frases hechas y posters diseñados a las apuradas para su campaña política, es la idea de la saturación, a la hora de alentar una acción desde una lógica jerárquica lo importante es generar un mensaje simple, directo, que apele al sentimiento, a la culpa o a la esperanza, que atraviese cualquier animo de crítica, que implique que decir algo negativo del candidato nacional y popular sea ‘hacerle el juego a la derecha’, es la lógica histórica del Estado, del patriarcado, del orden binario imperialista.

Tomando alguna de estas frases repetidas, ¿Votar a massa es elegir al mejor oponente? Primero habría que definir quiénes somos ‘nosotrxs’, ¿es ‘el pueblo’, es ‘el proletariado’, son los sindicatos, las instituciones gubernamentales, los intelectuales?, es en la falta de definición donde lo discursivo se impone ante las prácticas, y así podríamos seguir, ¿Oponerse a qué? ¿A que somos oposición? ¿Al sistema capitalista, al extractivismo, al Estado, a la policía, al trabajo, en lucha contra qué? Y no es que malinterpretemos sus ideas, es que simplemente el simplismo con el que se aborda cada slogan denota el tufillo a repetición política, si, lo sabemos, el hecho que gane el ‘menos malo’ sería algo positivo, pero lo que esconde esa afirmación es que el orden social actual ya es extremadamente siniestro, y que la gestión del capital justamente apunta a sostener este orden social, si Massa fuera mejor, lo es porque es más idóneo  (junto con todo su aparato político-represivo-judicial) para sostener la paz social y la democracia, es decir, el extractivismo, la policía, el trabajo, la alienación, la mercantilización de la vida, etc. Si lo fuera Milei la respuesta no cambia, en todo caso abre otra pregunta, ¿Qué tanto puede sostenerse la función de argentina dentro del capitalismo nacional e internacional con una gestión como la de Milei? Durante los años ‘90 la función de argentina en términos regionales fue terminar de cumplir el plan de privatización y mercantilización iniciado con la dictadura y continuado por el gobierno de Alfonsín, hay una línea directa entre 1973 y 1999 donde el capitalismo toma un giro hacia la reproducción financiera, la globalización y la reducción de personal obrero-industrial, en ese contexto Menem pudo profundizar el camino dictado en gran parte gracias al aparato político-social del peronismo, a sus mafias sindicales, a sus gobernadores, al acatamiento de la policía, a todo un aparato político del que fueron participes activos y directos quienes hoy van a elecciones, y quienes siguieron perfeccionando la gestión del capital en los 00’s, tamizado ahora con el discurso de los derechos humanos y la igualdad mientras se profundiza el extractivismo en todo el territorio, la privatización de tierras y el mercado inmobiliario.

¿Pero y el fascismo?

Es innegable lo que es Milei, y sobre todo lo que representa, el punto a pensar es como enfrentar esa representación y las construcciones sociales que lo sustentan, Milei no nace de la nada, si bien fue inyectado con millones de dólares por grupos financieros internacionales, es solo uno de los tantos, el punto es que su programa e imaginario vienen a responder a la insuficiencia de un capitalismo en eterna crisis, a las promesas lógicamente incumplidas de una socialdemocracia que necesita evidentemente la alternancia en el mandato como cualquier gobierno, el tema, o lo que podría convocarnos a nosotrxs, es como desprendernos de esas ilusiones que dicen ‘combatir el fascismo’.

Son sumamente escasos los ejemplos históricos donde ‘combatir el fascismo’ fue una acción revolucionaria, en todo caso siempre representó para el proletariado una necesidad vital, una autodefensa, pero el fantasma del fascismo en la mayoría de los casos (guerra civil española, segunda guerra mundial, guerra fría, lucha contra el terrorismo post 9/11, y en los últimos años en Ucrania) fue la bandera de propaganda del orden político para enfrentar a su adversario, la falsa imposición de una dicotomía en la que represores autodenominados antifascistas se autoproclaman salvadores de la población civil. Este relato es antagónico a nuestra historia y a nuestra condición de explotadxs, porque frente a la imposición fascismo/antifascismo nuestra clase social solo puede servir como mano de obra en una alianza con la burguesía ‘antifascista’, alianza hecha con mayor o menor confianza, pero que al momento en que el ‘antifascismo’ triunfa, el proletariado solo cuenta sus muertxs y sufre la embestida final del flamante gobierno popular y sus frentes unidos, cada vez que en la historia se impone la lógica fascismo/antifascismo en contraposición a la revolución/contrarrevolución, se inaugura una avanzada de ajustes, de represión, y mayor precarización de la vida, y cada vez que aceptamos esa imposición solo somos peones en un juego alienante en el que no tenemos ninguna influencia.

Hay ejemplos históricos que visualizaron y se enfrentaron a esta falsa dicotomía[1], pero no es necesario entrar tanto en recorridos históricos, sino poner sobre la mesa necesidad de una perspectiva rebelde, antiautoritaria, revolucionaria en el panorama actual, eso nos atraviesa mucho más que la urgencia ciudadana por defender el mal menor y las instituciones democráticas, mismas instituciones que reprimieron y domesticaron al movimiento piquetero, que reprime en Jujuy, Chubut, Guernica, etc. El punto es cómo quienes tenemos claro nuestra posición contra el sistema capitalista y el Estado, no dejamos que nuestras potencias y las luchas que construimos sean nuevamente recuperadas por los activistas profesionales y sus políticos, y es que mientras sigamos entregando esas potencias, esas críticas, al circuito democrático ávido de lavarle la cara a sus organismos y partidos, nos vamos a encontrar una y otra vez desprovistxs de herramientas radicales contra este sistema, vamos a cambiar las piedras por la charla en cck y la ex-esma, abandonar nuestras negaciones por pertenecer, por cuidar el sueldo y la carrera, mientras no hagamos una delimitación clara entre nuestros proyectos y el Estado solo vamos a terminar siendo cooptadxs, libradxs de la radicalidad, expuestxs en el museo de las luchas para que avalemos al gobierno de turno. El fascismo solo es posible luego de un periodo de vaciamiento del entramado social.

¿Cómo combatimos el fascismo?

De la misma forma que ya sabemos y siempre supimos, enfrentándonos a este sistema, a la existencia de la policía, al trabajo sea o no asalariado, a la propiedad privada, a las mercancías y al Estado, no es posible enfrentar al fascismo desde las particularidades porque este es una necesidad endémica del Capital, tanto como la democracia, tanto como los partidos políticos. Si seguimos conformándonos con la tranquilidad ciudadana, con la pasividad que sostiene la autoridad estatal, con el parche y la foto frente a una pintada “ACAB” y “Muerte a la yuta”, sin romper con las lógicas internas, sin impulsar nuestras negaciones y proyectos revolucionarios, solo podremos perecer en el mar de las banalidades ideológicas o enfrascarnos en el resentimiento al ver que ‘las masas’ no cumplen nuestros deseos. Ese hastío, esa saturación, ese malestar que sentimos todxs ante cada elección presidencial es la negación de nuestras vidas, de nuestra salud, de nuestros vínculos, no reivindicamos la revuelta como proyecto ideológico sino como la única posibilidad de recuperar nuestras vidas.


Algunas recomendaciones de lecturas:

  “Materiales para una Crítica de la Democracia” Ed. Klinamen (2009).

“Contra la democracia” por Grupos anárquicas coordinados (2013).

“Elecciones y anarquismo” Ed. Diaclasa, Errico Malatesta. (2015).

“1era apuñalada a la democracia: recopilación de textos anarquistas contra la democracia” (2019).

“Contra el liberalismo y sus falsos críticos” Ed. Lazo (2023).

Todos disponibles para descarga online.

 

[1] Ver “Los amigos de Durruti en la revolución española” de Miguel Amoros, “Fascismo/antifascismo” de Gilles Dauvé, “Revuelta en las calles” de Matheus Marestoni.

 

Argentina de hoy: un régimen de terror

El siguiente informe es el resultado de una investigación realizada durante 1973 y 1974 por organismos de derechos humanos y publicado en mayo de 1975 por L.A.S.A. (latin american studies association). Enfocado en el aumento cuantitativo y cualitativo de la represión estatal y paraestatal durante el tercer gobierno peronista.

Para esta ocasión simplemente escribimos un pequeño prólogo contando por qué nos parece sumamente valioso e invitando a su lectura, siendo un informe con escasa difusión que encontramos mientras realizamos una investigación sobre la resistencia durante el mundial ‘78.

En este no solo se detallan las acciones represivas de forma cronológica, sino que se analiza contra quienes estaban dirigidas y en que contexto, desde la represión a la ‘izquierda peronista’, a lxs vecinxs de las villas, a las organizaciones armadas,
a lxs estudiantes, a lxs trabajadorxs y sindicatos, a lxs extranjerxs, a los medios de comunicación militantes, y a lxs presxs.

Lo consideramos profundamente necesario porque da cuenta del comienzo del plan de exterminio masivo y contrarrevolucionario que luego tendría su mayor intensidad a partir del golpe de estado, entre 1976 y 1978.

Entendiendo que el plan genocida del estado argentino no comenzó el 24 de marzo del 76, sino que fue un proceso regional planificado, tanto en democracia como en dictadura.

Descarga/lectura: Argentina de hoy: Un régimen de terror

Página dedicada a la difusión de las ideas antiautoritarias