El humo y la represión: sobre el «atentado en La Rural»

Mucho ruido…
(escrito a una semana ‘del atentado’)

El pasado jueves 5 de septiembre detonó en la sede de la Sociedad Rural Argentina (SRA) un sobre a nombre de Nicolas Pino, presidente de la entidad, compuesto de pólvora, una batería y un detonador que se activó al momento de abrirse, este principio de ignición generó una llamarada que hizo que la secretaria que lo abrió y sus compañeros de oficina salieran corriendo de la escena como se ve en un video que está circulando desde ese mismo día. Horas más tarde era recibido un segundo paquete a nombre del vicepresidente y detonado afuera del edificio por la brigada antiexplosivos, aunque luego se comprobara que este no representaba ningún peligro y era “una encomienda real”.

Hasta el momento esto es lo único que se sabe, y a nuestro parecer, lo que debería importarnos. El resto fueron conjeturas, acusaciones, farándula, humo y utilización política, llegando incluso a la detención de una persona que poco parecía tener que ver con el hecho, pero primero detengámonos en los primeros días.

El viernes 6 de septiembre la portada de Clarín era precisa con las acusaciones.

Al mismo tiempo en distintas redes sociales desde sectores afines al gobierno instalaron el #volvieronlosmontoneros mezclando la participación de un triste Firmenich en una charla por Zoom con una agrupación nacionalista, con el ‘atentado’, y así la eterna lógica de saturación mediática, la imposición del discurso vacío y la repetición política. Mientras tanto distintos “expertos en seguridad” se paseaban por todos los medios hablando de los flagelos del terrorismo, de la “psicología de los atacantes” de “lobos solitarios”, y todos los lugares comunes de la lógica Lombrosiana de principio de siglo xx, además de la necesidad tajante de reafirmar el control urbano “Es obvio que lo van a agarrar con la cantidad de cámaras que por suerte tenemos en la ciudad, nadie puede hacer esto sin que lo agarren”, humo y acusaciones cruzadas, que la ministro de seguridad Patricia Bullrich haya nombrado a grupos anarquistas y veganos no es casualidad, pero tampoco lo es la postura de distintas “defensas” del caso.

Si hay algo en lo que coinciden ambos “lados de la grieta” es que este tipo de acciones merecen el castigo de la ley y la detención de los ‘culpables’, el cuidado de las instituciones y la defensa del orden democrático se antepone por sobre cualquier distinción de colores partidarios, aunque las chicanas mediáticas busquen aparentar diferencias reales.

Lo que queda en el fondo, detrás de la cortina de humo, es el ataque, el hecho tangible de apuntar y señalar como enemigo al presidente de la Sociedad Rural, una organización central en la historia oligárquica argentina, fundada en 1866, participe activa desde la campaña del desierto, la represión en la Patagonia en 1920 y así podríamos seguir con los distintos gobiernos, genocidios y dictaduras a lo largo de la historia argentina, incluso como responsable directa de la presión económica ejercida en 1975/76 y los paros patronales para legitimar el último golpe de Estado. Ejemplos hay muchos, demasiados, lo único que nos queda claro, y que de manera más o menos profunda ya sabemos todxs, es que la Sociedad Rural Argentina es una de las instituciones visibles más explicitas en la defensa de la explotación capitalista, el extractivismo, el especismo y el orden estatal.

¿Eso justifica el ataque? ¿Ante quién? ¿Desde qué lugar? Etc. etc.

Esas son preguntas válidas, necesarias, porque tampoco es cuestión de festejar alzando el puño de la misma forma que se lo hace al ver un partido de futbol, no es cuestión de ser buenxs espectadorxs anarquistas y celebrar la mediatización de las prácticas, no se trata de sumarnos al ruido y repetir entre el tsunami de propaganda twittera que esta acción es válida, sino de poder encontrar las formas de profundizar en ella, o mejor dicho, que esta sea un puntapié para la comunicación, alejadxs también del cinismo y la solemnidad ciudadana (muy presente en muchos entornos “militantes”) que se preguntan sobradamente “¿y de qué sirve esto? ¿Con estas acciones van a destruir el capitalismo? Solo están llamando a la represión, solo se están alumbrando” y así podríamos seguir al infinito.

El ejemplo de “Animal Libre” diciendo que “no hay que confundir una lucha por justicia con actos de violencia” defendiéndose sin que nadie lxs acuse sino salvaguardando su lugar de buenos activistas, es una muestra clara de lo que buscan y producen las campañas represivas, aislamiento de las acciones directas, miedo, paranoia y resguardo de las posiciones ‘ganadas’ dentro de la sociedad del capital, el veganismo (o el anarquismo, o el feminismo) como una etiqueta vacía de cualquier irrupción real contra las relaciones mercantiles y sus representantes, sino como slogans bienintencionados, pancartas activistas, buenas voluntades que “solo quieren un mundo mejor”, nada nuevo en el horizonte.

Lo que nos queda claro es que el poder también es una cascara vacía, fundado y afianzado sobre la represión y la cárcel, pero vacío de significantes que puedan aglutinar una defensa en sí mismo, ¿Por qué se hizo una explotación mediática del hecho y no (como sucedió en otras épocas) se lo dejó pasar inadvertido? Sin la necesidad de entrar en teorías conspirativas, porque los gobiernos ligados al populismo liberal necesitan confrontar con la imagen de “zurdos, terroristas, anarquistas” para legitimarse a sí mismos, independientemente de la peligrosidad o lo tangible de algunas acciones, de la misma forma que el peronismo/kirchnerismo necesita configurar una dicotomía en la que son representantes de “los sectores populares contra la derecha”, lógicas claras en la disputa política. Pero también, en el caso puntual del ataque a la Sociedad Rural, este fue utilizado, dentro de las narrativas del poder, como una respuesta al clima latente de descontento con la represión a lxs jubiladxs, un punto en el que se reunió la indignación de distintos sectores sociales de forma más o menos unánime y sobre la que ahora buscan torcer la arena política. ¿Esto significa que el ataque ‘le sirvió’ al gobierno para invisibilizar la represión a los jubilados? No, significa que fue una de las cartas que eligió poner en sus portadas, de la misma forma que va encontrando distintas confrontaciones virtuales semana tras semana o día tras día mientras avanza con recortes y la precarización de la vida. La respuesta y la relevancia en todo caso no está en si la acción estuvo en la tapa de los diarios o si el gobierno la utiliza o no políticamente, estas particularidades hay que tenerlas en cuenta, pero sobre todo es necesario pensar las formas de profundizar en este tipo de acciones directas, pensarlas de forma crítica sin caer en el fetichismo, con una aproximación real y con las preguntas que estas nos ofrecen.

Pocas nueces
(escrito a dos semanas ‘del atentado’)

Una nueva semana y la arena política cambió rápidamente de sujeto antagónico, el populismo liberal se debate entre videos virales contra “la casta política”, conferencias en el Congreso sin demasiadas repercusiones, y otra gira del presidente por EE.UU. para acordar apoyos con Elon Musk e Israel, mientras tanto en Córdoba se incendian miles de hectáreas, se avecina un nuevo veto contra el presupuesto universitario, y lxs jubiladxs miércoles a miércoles continúan tensionando las calles del Congreso, del humo en la rural… poco y nada.

Dos días después del hecho (el 7 de septiembre) fue detenida con bombos y platillos una persona acusada de la acción, su nombre fue divulgado por todos los medios de comunicación, al igual que su dirección, lugar de trabajo, su DNI y todo dato que sirviera al morbo mediático, incluso lo que tenia en su heladera para “demostrar que no era vegano”. A primeras luces este parecía ser un montaje burdo igual al que armaron luego del ataque a Clarin en noviembre de 2021, es decir, agarrar a un perejil con elementos que de alguna forma puedan caratular una responsabilidad, en el caso de Clarin fue un repartidor que se encontraba en la zona y una foto de kropotkin y otra en una unidad básica kirchnerista en Facebook, estas “pruebas” también fueron suficiente para publicar su nombre, dirección, foto y lugar de trabajo en todos los medios, además de asegurarle una estadía en la comisaria durante unos días. El plan en este caso fue el mismo, ante el ruido mediático, la necesidad de armar una carpeta, mostrar responsables y asegurar la ‘buena actuación’ del ministerio de seguridad, en el medio continúan las investigaciones, y lo burdo de estos montajes mediáticos se pierde en el mar de información y amarillismo. Luego de unos días esta persona presentada como “la responsable del atentado a la rural” fue liberada por falta de pruebas, y es que esperar que un agente inmobiliario afin a Milei haya realizado esta acción ya era forzado incluso para la justicia.

¿Y ahora?

Seguramente sigan las investigaciones, pueden haber allanamientos, seguimientos, etc. lo de siempre, pero también quedan claros (otra vez)  el humo y el ruido, así como la imposibilidad del poder por sostener sus propias narrativas. Podemos decir, con cierto cinismo, que eso no importa, que toda mentira queda, que el entretenimiento punitivo se inyecta y propaga sin ninguna consecuencia, pero también es necesario recalcar que ellos, nuestros enemigos, también son endebles y lo saben, tienen en claro que tanto las acciones ‘pequeñas’, individuales, como la agitación en las calles y la rabia social, pueden desbordarse, relacionarse, dialogar y desembocar por distintos afluentes, por lo tanto, su narrativa tiene que necesariamente aislar cada posible peligro, limitarlo al lugar de lo discursivo, al territorio político y la puja del espectáculo partidario.

¿Qué nos queda a nosotrxs?

Nos queda aprender, impulsar el desafío que tenemos en frente, pensar cual es nuestro rol y nuestras posibilidades frente a las acciones directas de todo tipo, hacer de la solidaridad algo tangible, material, práctico, contagioso, sin caer en el asistencialismo, sino en la solidaridad consecuente, donde las palabras son necesarias pero muchas veces también sobran.

Hay un contexto donde todo avanza a tiempos acelerados, pero también donde una resistencia se está aunando y tensionando en el tejido social, por fuera del humo y el ruido, por fuera de su “rosca política”, está latente y nosotrxs tenemos muchas herramientas para compartir y tantas experiencias para no dejarnos doblegar, esta tensión tendrá sus desbordes y sus recuperadores, y tenemos que tener en claro quienes están de cada lado, quienes están parados en la vereda esperando el momento oportuno para erigirse como representantes y asegurarse una banca estatal y quienes están en la calle con la capucha lista para impulsar nuevas realidades y relaciones sociales.

Vagabundos Malhechores y Canallas: descarga disponible

A mediados del año 2019 lanzamos nuestro primer libro «Vagabundos Malhechores y Canallas: Los comienzos del anarquismo individualista en Buenos Aires (1890-1897)»
Dedicado específicamente al periódico «El Perseguido» y su grupo editor de tendencia comunista anárquica antiorganización, siendo el primer periódico anarquista de gran tirada en la ciudad que se mantuvo activo durante 7 años y sentó las bases para distintas posturas que atravesarían al anarquismo rioplatense durante las próximas décadas, desde el rechazo al colectivismo y la apuesta por el comunismo, hasta la reivindicación de la acción violenta individual, la organización ‘informal’ y el rechazo a las estructuras formales organizativas (que por ejemplo influenciarían a la FORA que si bien era una organización formal, no se definía como anarcosindicalista como la CNT, y entendía su función como impulsora de la revolución, no así como estructura organizativa de la sociedad posrevolucionaria).

Este primer libro, con distintas críticas que podamos hacerle desde el presente, fue el puntapié inicial para explorar la edición de archivos, confrontar preguntas e inquietudes, y sobre todo generar puntos de contacto y debate con compañerxs de distintas regiones. Hoy, 9 libros y 5 años después, seguimos reafirmando la necesidad de la investigación autónoma, dedicada al proyecto anárquico y a la historia del movimiento anarquista, por fuera de la academia, sus personalismos y visiones reformistas.

Nos separan más de 100 años, nos une el deseo vital de ver arder la sociedad capitalista y todas sus instituciones.

Vagabundos Malhechores y Canallas – online

Leon Czolgosz: El anarquista que asesinó al presidente de Estados Unidos

Este pequeño fanzine busca ser un ejercicio de memoria en torno al compañero Leon Czolgosz, responsable del asesinato del presidente de Estados Unidos William McKinley el 6 de septiembre de 1901 en Buffalo.

La acción de Leon no solo generó una repercusión internacional, y avivo una campaña represiva en EE.UU. contra el movimiento anárquico, sino que este se inscribe dentro de una serie de acciones internacionales ligadas por la llamada “propaganda por el hecho” en la que podemos incluir los atentado de compañeros como Gaetano Bresci, Sante Geronimo Caserio, Auguste Vaillant, Emile Henry, Michele Angiolillo, Luigi Lucheni, Mateo Morral, entre otros, y en argentina los casos de Salvador Planas, Francisco Solano Regis, Simón Radowitzky o Kurt Wilckens. Con esto queremos decir que tanto la acción, como Leon en tanto individuo, no pueden ser vistos aislados de sus entornos, prácticas e historias, sino que tienen sus fundamentos tanto en la miseria transversal del sistema capitalista como en los ejemplos de resistencia y ofensiva individual que el anarquismo ha afrontado históricamente, no sin infinidades de debates, contradicciones y controversias.

Con la necesidad de alejarnos de los fetiches, y profundizar en la historia y el contexto de Leon Czolgosz, decidimos traducir el texto “La tragedia de Buffalo” escrito por la compañera Emma Goldman, y transcribir la reseña “El revolver de Czolgosz” publicado en Buenos Aires semanas después del atentado. Con el objetivo de abarcar distintas miradas de forma crítica e intentar comprender el lugar que ocupan la acción violenta, la solidaridad y la represión en los entornos ácratas.

Expandiendo la revuelta.
Julio 2024.
Buenos Aires.

Descarga: Leon Czolgosz fanzine

Las viudas de la verticalidad peronista (2024)

Este pequeño compilado de textos escritos entre mayo y septiembre de 1974 en Buenos Aires, busca dar cuenta de distintas posturas, visiones y debates de los entornos anarquistas con respecto al tercer gobierno peronista y la muerte de su líder histórico.
En un contexto eternamente saturado de mitos y referencias, en su
gran mayoría carentes de fundamentos históricos de cualquier tipo,
estos mitos se encuentran comúnmente afianzados sobre la repetición sentimentalista, populista y mistificada de los lideres carismáticos del Estado, así la figura de Perón, Evita, Isabel, Néstor o Cristina se encuentran santificados por un halo propio de la ideología ‘justicialista’ a la que pertenecen, el cristianismo, el personalismo, el culto al líder , el nacionalismo y la obediencia a la estructura partidaria.

Este pequeño fragmento de la historia que compartimos, busca poner sobre la mesa las perspectivas anárquicas y revolucionarias de la época, entendiendo también que estas conforman solo una porción de un movimiento que atravesaba a distintas corrientes, ideologías e influencias, unidos sí por el horizonte revolucionario, algunxs más radicales que otrxs, algunxs fuertemente nacionalistas, otrxs marxistas y unxs pocxs antiautoritirarixs, pero en gran parte con un piso en común (muy taladrado en las ultimas décadas), la necesidad de terminar con el sistema capitalista.

Con errores y contradicciones, pero también con ánimos subversivos y solidaridad, si hay algo fundamental que lxs revolucionarixs deberíamos haber aprendido hace ya largo tiempo, es que los líderes, las lógicas autoritarias, y el populismo nacionalista, son solo espejismos dedicados a la dominación estatal y la institucionalización de nuestros deseos.

Mientras sigamos relativizando las masacres del peronismo, desde la
represión clandestina, la quema de locales partidarios y la censura a la prensa desde sus primeros mandatos, pasando por el genocidio en Rincón Bomba y la imposición del terrorismo de Estado a partir del ‘73 con la vuelta de su líder al país, nunca vamos a poder afrontar realmente una crítica radical contra el sistema capitalista y sus falsos críticos.

Las viudas de la verticalidad peronista online

¿Quiénes son los infiltrados?

¿Quiénes son los infiltrados?

La imagen del infiltrado responde a la construcción de una figura extraña, externa a una situación en particular, más allá del condicionante político desde donde se instala la campaña de acusación, esta cumple antes que nada la función de externalizar a un grupo, a prácticas especificas o a sus símbolos representacionales, volviéndolos ajenos a una situación o entorno puntual, en este caso a las manifestaciones callejeras.

Al mismo tiempo, en la acción misma de acusación quien apunta con el dedo se posiciona a sí mismo como participe legítimo de la marcha, creando en ese acto una línea divisoria entre lo permitido y lo no-permitido, una construcción moral que tiende a dividir entre ‘manifestantes buenos y pacíficos’ e ‘infiltrados y violentos’.

Quienes son los infiltrados lectura

Reedición 2024: Lxs anarquistas en Inglaterra frente a la guerra de Malvinas

Descarga/Lectura: Lxs anarquistas en inglaterra frente a la guerra de malvinas

Las ediciones no son estáticas, estas se renuevan, actualizan, complejizan y dialogan con un entorno. Con el correr de los años fuimos agregando textos y modificando «Lxs anarquistas en Inglaterra frente a la guerra de Malvinas» en distintas ocasiones, hoy nos toca hacerlo en un clima de nacionalismo en boga y, frente a un gobierno liberal que reivindica a Margaret Thatcher, la oposición no encuentra otra forma que reafirmarse que en retóricas antiprogresistas, conservadoras y nacionalistas.

Así, en un espiral de falsas críticas y slogans vacíos, la «soberanía» sobre Malvinas es utilizada por los Partidos como una carta fácil para el populismo, el nacionalismo vende y las muertes son apelaciones hirientes para nuevamente reivindicar el rol del Estado.

En un contexto internacional donde la guerra en Ucrania se sostiene en la masacre a través de los años y el genocidio en Palestina se reafirma en el horror, la guerra de Malvinas no deja de evidenciarnos que la «soberanía nacional» no es más que un eufemismo para legitimar el control estatal, así como los tibios discursos «antiimperialistas»  son en la mayoría de los casos un salvataje para las burguesías nacionales. En el medio somos lxs explotadxs quienes pagamos el precio por sus guerras, embebidos en banderas que nos empujan a la muerte y nos alejan de nuestras propias necesidades y vínculos.

Nos queda claro una y otra vez que el nacionalismo no solo es inútil para combatir las relaciones capitalistas, sino que es parte esencial del orden de dominación mercantil. No seremos parte de sus guerras, ni aunque se autoproclamen de «liberación».

Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases.
Por la guerra social contra el Estado argentino y contra todos los Estados. 

Compa no te regales: una crítica a la mediatización de nuestras luchas

Este pequeño escrito busca ser un aporte para pensar el panorama, las limitaciones y potencias de las luchas sociales en Bs. As. Haciendo un repaso rápido por la memoria revolucionaria, hasta la complejización de la represión, la asimilación de perspectivas ciudadanas y la mediatización de nuestras vidas, que dividimos en 5 secciones:

1) El ciudadanismo
2) La represión
3) Las redes y sus lógicas
4) Compa no te regales
5) Entre la legitimidad y la negación

Creemos necesaria la puesta en común de estas tensiones para que no se resuman en criticas internas o lecturas soberbias sobre el contexto social en el que transitamos, sino que puedan dialogar, incluso con incomodidad y a la distancia, con otras visiones y perspectivas.

Lectura/Descarga: Compa no te regales online

Herramientas para la revuelta N°3: Contra el arte y el artista

Descarga/Lectura: Contra-el-Arte-y-el-Artista

«Contra el arte y el artista» fue escrito en 2012, pero muchos de sus debates no solo continúan vigentes, sino que son parte de la coyuntura político-social en argentina.

Tras la avanzada de recortes, desfinanciamiento y desprestigio a las instituciones estatales ligadas a la cultura y a sus trabajadorxs, una parte (mayormente visible) de la autoproclamada «resistencia cultural» tiende constantemente a posicionarse en una defensa desde las lógicas del mercado artístico y sus valores.

Obviamente apoyamos y reivindicamos la lucha contra la ley ómnibus y el DNU, pero necesitamos plantear al mismo tiempo un cuestionamiento de las instituciones del Estado y el Capital, de lo contrario esta lucha de las que nos sentimos parte, se convierte solo en la reivindicación partidaria de un modelo productivo.

Mientras no podamos llegar a un cuestionamiento del nacionalismo y su cultura, y de la sociedad de clases y el espectáculo que la sostiene, solo vamos a seguir hablando en el lenguaje del mercado y en la disputa por el cuidado de privilegios ajenos.

Resistir no significa ponerse la camiseta de valores del patrón, sea socialdemócrata o neoliberal.
No queremos un mercado independiente, queremos que nuestras vidas no estén lidiadas por la mercancía.

Crónica de un mandato anunciado: A 19 días del gobierno de Milei

Este pequeño escrito busca transmitir, compartir y poner sobre la mesa una serie de tensiones y posibles lecturas del panorama social y político que nos toca atravesar.

Sin buscar certezas inamovibles, ni verdades a medias, nos interesa potenciar el debate y las perspectivas antiautoritarias, autónomas, anárquicas que no buscan lanzarse sobre el tambaleante clima de diciembre para rascar votos o pensar representaciones, sino para extender la rabia y la negación contra el mundo del capital y las falsas dicotomías que nos impone.

Contra los viejos ídolos del nacionalismo y la patria, y sintiéndonos parte de las manifestaciones espontaneas y del encuentro en las calles, esperamos que estas palabras sigan alentando las prácticas rebeldes.

Descarga/lectura: Cronica de un mandato anunciado


“Desde el momento en que gobernar se ha reducido a un ejercicio de comunicación, el mantenimiento de cierto estado de explicitación pública forma parte del mantenimiento del orden general. Es como si existiera una aduana impalpable, la cual garantiza que los contenidos política y existencialmente peligrosos se detengan en la frontera y que, al mismo tiempo, se cobre su cuota de sentido sobre cualquier otra posible circulación”

El pasado 10 de diciembre asumió la presidencia Javier Milei y en solo 19 días ya presenciamos el avance de una serie de proyectos (actualmente latentes) con un carácter explícitamente represivo, acompañando una cantidad importante de recortes, privatizaciones, inflación, despidos y una amplia gama de beneficios a las grandes multinacionales en nombre de la libertad de mercado. Desde la serie de leyes anuladas y modificadas por DNU que abarcan alrededor de 300, hasta la reciente “ley ómnibus” que será presentada al congreso en sesiones extraordinarias e incluye la aceptación de dicho DNU y mayores protocolos represivos, recortes estatales, derogación de leyes ambientales, apertura de las fronteras a ejercicios de ejércitos extranjeros, y un largo etcétera de medidas que no solo significan un avance de la explotación capitalista sino incluso una sobredimensión del poder presidencial que podría tocar los límites (siempre ficticios) de la democracia parlamentaria.

Frente a este contexto podríamos preguntarnos,
¿Cuál es nuestro rol? ¿Cuáles son nuestras perspectivas?

Luego de los cacerolazos iniciados espontáneamente el miércoles 20 de diciembre, además de una marcha impulsada por sectores de izquierda, y el comienzo del “protocolo antipiquetes”, se abrieron más incógnitas que certezas, muchas de estas aun abiertas luego de la reciente marcha de la CGT el miércoles 27.
Si bien los cacerolazos fueron, y son, una clara demostración de la potencia espontánea, de la rabia, y del movimiento que todavía sigue vigente frente al avance neoliberal, estas expresiones también tienen sus limitaciones principalmente ligadas al ciudadanismo y a las lógicas democráticas. Aunque estos procesos son extensos, y no se definen luego de algunas manifestaciones callejeras, sí son una demostración del nivel de institucionalización y de los valores discursivos que se manifiestan en los cortes de calle. “La patria no se vende, se defiende” “¿Adonde está la CGT?” “Milei vos sos la dictadura”, conviven con “Que se vayan todos”, “yuta basura” y “unidad de los trabajadores”, todas aunadas bajo un halo de ciudadanismo que se mantiene en tensión con el propio orden democrático que dice defender. Por un lado, se insulta a la policía y al mismo tiempo se reivindica que las manifestaciones sean pacificas, así la policía no avanza sobre lxs manifestantes, y lxs manifestantes tampoco buscan la confrontación directa.
Hoy podríamos decir que estamos en esa tensión donde los desbordes existen, pero son mínimos, algunas pintadas, cantitos antiyuta, expresiones propias y genuinas que conviven con el nacionalismo y la defensa de la patria.

En esta amalgama que nos toca afrontar, repetimos la pregunta ¿Cuál es nuestro rol? ¿Es enfrentarnos al nacionalismo y sus viejos ídolos? ¿Es intentar desbordar las marchas? ¿Es actuar por fuera de todas estas expresiones mediatizadas? ¿Dónde está el conflicto?

Los días pasan a un ritmo extremadamente acelerado y muchas veces se vuelven inabarcables, tanto en nuestra participación como en una lectura más o menos amplia de lo que está sucediendo, una respuesta fácil seria que sí, que hay que participar de todas las instancias que se puedan, y como se pueda, y aportar nuestro “granito de arena”, esto es sumamente valido, pero también necesitamos ser críticxs de nuestras acciones y del lugar que ocupamos en la guerra social. Tanto las propuestas de tinte más social (o populistas) que hacen oídos sordos al carácter nacionalista y representativo de muchas manifestaciones, y las de carácter más egoísta (por no decir encerradas en si mismas) que ve en todo ciudadano un enemigo, pecan de un idealismo que niega las potencias del conflicto y nos limitan a seguir la marea o a enfuscarnos en criticas panfletarias.

Nos encontramos en un punto donde la “falta de representatividad” es un tema transversal en la política, principalmente en los sectores opositores al gobierno, de ahí que frente al aluvión de medidas antipopulares una cantidad importante de personas se aferren a las herramientas que encuentran a mano. El llamado a la CGT o al congreso para la derogación de las leyes (a mi criterio) no tiene que verse como un voto de confianza a las instituciones, sino como un grito de ahogado en un ciclo de representatividad que está tambaleando, en este sentido figuras como grabois, moreno, belliboni, bregman, se lanzan desesperadxs para ser focalizadxs como representantes de la nueva supuesta “resistencia”, y la CGT y el peronismo mantienen su fortaleza en el pacto, en el cuidado de la caja sindical y el acuerdo con la burguesía. El lugar de crecimiento partidario de la izquierda y de figuras “disidentes” dentro del peronismo es hoy la bandera del conflicto ciudadano, profundamente mediatizado, pero tanto para los sectores mas pactistas como para los más “disidentes”, el conflicto radical y el choque no son fructíferos, porque la ruptura con el orden es antagónica a la acumulación de poder estructurada de los partidos políticos, que, aun así, intentan acomodarse a las circunstancias.

Pero ¿Dónde está el conflicto?

Detrás de cada manifestación hay un carácter simbólico que desborda lo político pero que en gran parte se mantiene dentro de sus márgenes, en el proceso que estamos viviendo todavía no se agotaron las opciones representativas del poder legislativo, de hecho, hoy son la “última esperanza” para detener el avance gubernamental. Si bien las marchas, los cacerolazos y el llamado a paro nacional son prácticas que influyen y condicionan el accionar político y legislativo, también sabemos que por su propia naturaleza el Estado puede pasar por sobre ellos sin demasiados perjuicios, cooptando y pactando con algunas cabecillas, y reprimiendo y aislando a los sectores en lucha, fuimos testigxs de procesos que duraron décadas con estas lógicas, tanto con el menemismo como con el kirchnerismo, de hecho los sectores radicalizados que se opusieron al avance del Estado en su formato neoliberal o progresista siempre fueron minoritarios y por fuera de las lógicas de los partidos.

En este caso hay una particularidad que radica en los amplios sectores que se ven rápidamente afectados con el “cambio” de Milei, hay una gama amplia que va desde la ley de alquileres, hasta la ley de tierras, las manifestaciones callejeras, los subsidios al transporte, el financiamiento de entes culturales y científicos, etc. que afectan directamente a casi toda la población y ya no existe un enmascaramiento en las políticas del Estado, ni siquiera se hace demasiada mención al “pueblo”, sino a los beneficios del “sector privado”.

En esta línea la falta de una proyección en las manifestaciones viene aparejada con la falsa dicotomia Estatismo-liberalismo, donde caemos nuevamente en la idealización del pasado, del estado de bienestar, de las “políticas públicas”, en contraposición a la libre competencia, la relación con estados unidos e Israel, y la ‘meritocracia’. Falsa dicotomia porque sabemos que del pasado no hay nada que rescatar, que la explotación animal y de la tierra, la propiedad privada, la policía, el trabajo, la mercantilización de la vida, las cárceles, son inherentes al sistema en el que vivimos, por más leyes, parches, y frases hechas para argumentar un “comercio más justo”. Así se defiende a YPF en contra de la privatización bajo las lógicas de la eficiencia y la producción, pero nunca es un tema de debate la destrucción de la tierra y de quienes viven en zonas aledañas a los pozos petroleros, de la misma forma con la explotación del litio donde el tema se resume en el valor del mercado y la puja entre compradores, o las plantaciones de soja y las fumigaciones, y podríamos seguir con cada una de las leyes, desde la ley de alquileres, hasta la cultura estatal, el punto está en las posibles rupturas contra el mercado, contra el capital, saliéndonos de las lógicas de eficiencia, que ni siquiera son reformistas, son simplemente administrativas bajo formas estatales y/o privadas.

 

“Nada es cercano para el que flota. La esperanza, ese muy ligero pero constante impulso hacia el mañana que se nos comunica día tras día, es el mejor agente del mantenimiento del orden. Se nos informa cotidianamente de problemas contra los que no podemos hacer nada, pero para los que sin duda mañana habrá solución. Todo el asfixiante sentimiento de impotencia que esta organización social cultiva en cada uno de nosotros hasta donde alcanza la vista no es más que una inmensa pedagogía de la espera. Es una huida del ahora”.

Para poder aterrizar nuestras ideas y potencias podemos pensar en relación a un entorno más amplio, al lugar que ocupa el gobierno argentino dentro de los entramados del capitalismo internacional, por ejemplo como plantean algunxs compañerxs al otro lado de la cordillera:

El capitalismo en su actual etapa de desarrollo transita por una crisis de alcance mundial que no puede ser superada dentro de los márgenes del sistema mismo. El capital es una contradicción en proceso, ya que tiende, mediante la competencia entre productores privados, a reducir al mínimo el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir mercancías, mediante la aplicación de nuevas tecnologías, que paradójicamente requieren de cada vez menos mano de obra –seres humanos– en el proceso de producción: el problema radica en que solo el trabajo vivo realizado por la humanidad crea valor. De esta manera se mina la base sobre la cual se desarrolla la autovalorización del capital, aumentando vertiginosamente una masa cada vez mayor de personas que “sobran”, son “superfluas” y “no sirven” para las necesidades del capital, pero que continúan necesitando dinero para no morir.

En este sentido estamos frente a un movimiento constante en el avance de formas de producción y reproducción capitalistas en donde los Estados alternan su gobernabilidad y funciones administrativas bajo las lógicas más eficientes para el mercado y el sostenimiento del orden social. El lugar que ocupa argentina dentro del contexto sudamericano no puede ser visto con los mismos ojos que pensamos por el ejemplo la función adoptada por los Estados europeos o estadounidense. Así como las fuerzas de “resistencia” se agrupan de forma ordenada frente al orden regional, por ejemplo, las izquierdas institucionales europeas se mueven bajo esquemas contrarios al nacionalismo, tendiendo hacia un “europeísmo” y a las finanzas internacionales bajo el halo de la socialdemocracia, mientras que slogans que acá son vistos como “progresistas” (la patria no se vende, se defiende) podrían ser la bandera principal en una marcha contra la inmigración en Italia. Esto no significa, solamente, que muchas de las consignas y de los valores sociales que se manifiestan en los sectores progresistas sean fuertemente conservadores, sino que también responden a una historia nacional, a una retorica impuesta desde el Estado y sobre todo a que el “enemigo” actual viene acompañado con todas las insignias de la bandera estadounidense.

Ahora, contrariamente al fascismo que históricamente supone una reacción a los movimientos revolucionarios, “el movimiento autoritario que se da no es ni tampoco, hablando en términos técnicos, una movilización reaccionaria. No reacciona a un empuje de la modernidad. Es expresión de ella”. Es necesario entender esta lógica para que nuestra respuesta al avance del reacomodo estructural del capitalismo no signifique una reacción hacia la reivindicación estatal y legislativa, sino una ruptura que pueda potenciar ese encuentro, ese congelamiento del tiempo y aterrizaje con el presente que se dio por ejemplo cuando los distintos barrios de capital y del pais organizaron decenas de cortes de forma espontánea.

Así como la dictadura y el menemismo fueron la cara del avance de las privatizaciones en la “nueva vuelta de tuerca del capitalismo” que supuso el vaciamiento de las industrias nacionales y de los movimientos obreros hacia una estructuración global en torno a las finanzas y la descentralización de las manufacturas, el kirchnerismo extendió y profundizó el lugar de argentina como productor de materia prima con la llegada de Monsanto, Barrick Gold, Chevron, etc. y la constante expansión del mercado inmobiliario, el despojo y la privatización de tierras y el beneficio del sector hotelero. “El progresismo es el progreso del Capital, por más que se lo quiera pensar como el progreso de la sociedad contra la avanzada capitalista.”

Entonces la “salida”, o las acciones, las perspectivas, que puedan enfrentar esta línea directa de avances capitalistas hacia una vida cada vez más recortada, más distanciada, separada, alienada y explotada, no puede partir de ningún punto de ese recorrido previo, ni tampoco de la idealización de los procesos de resistencia que (lamentablemente) fueron derrotados.

“Todas las razones para hacer una revolución están ahí. No falta ninguna. El naufragio de la política, la arrogancia de los poderosos, el reinado de lo falso, la vulgaridad de los ricos, los cataclismos de la industria, la miseria galopante, la explotación desnuda, el apocalipsis ecológico … no se nos priva de nada, ni siquiera de estar informados de ello. Todas las razones están reunidas, pero no son las razones las que hacen las revoluciones; son los cuerpos. y los cuerpos están delante de las pantallas”.

Hay un rasgo en todas las manifestaciones que se parecen más a un ejercicio de operaciones para el control de las masas que a las particularidades por las que dicen estar motivadas. Tanto en la marcha diurna del miércoles 20 como en la de la CGT del 27, se repite de forma maximizada el teatro comunicacional de los cortes de calle, en una cámara aérea las masas en tribunales o en plaza de mayo, a pantalla partida Bullrich y Milei en la central de la policía de la ciudad “controlando el operativo”, en el medio los noteros ávidos de sangre buscando declaraciones en estación constitución, toda una gran obra mediatizada y expuesta para youtube y twitter, mientras los “medios independientes” ya redactan su columna sobre la represión incluso cuando todo transite sin demasiadas complicaciones.

Intentando no caer en el cinismo, podemos decir que si, hay expresiones que suceden a pesar del espectáculo mediático, pero no deja de ser un factor central la mediatización de las calles, tanto por los medios oficiales como por cada persona/celular atenta a captar lo que suceda o a ser visible por lxs otrxs. Esta mediatización responde y acompaña el lugar político previamente acordado en las manifestaciones, donde se “acompaña a los dirigentes”, o se “visibiliza el reclamo”, y se distancia y resquebraja cuando surgen de la espontaneidad o de sectores más pequeños. La pregunta que podemos hacernos es cómo avanzamos hacia una desinstitucionalización de las marchas.

“La verdadera fecundidad de una acción reside en el interior de sí misma. Esto no significa que no exista, para nosotros, una cuestión de eficacia constatable de una acción. Significa que la potencia de impacto de una acción no reside en sus efectos, sino en lo que se expresa inmediatamente en ella. Lo que se edifica sobre la sola base del esfuerzo acaba siempre por derrumbarse por causa de agotamiento. De forma típica, la operación que el cortejo de cabeza hizo sufrir al dispositivo procesional de la manifestación sindical es una operación de destitución. Con la alegría vital que expresaba, con la agudeza de su gesto, con su determinación, con su carácter afirmativo tanto como ofensivo, el cortejo de cabeza atrajo hacia sí mismo todo lo que continuaba vivo en las filas militantes y destituyó la manifestación como institución. No con la crítica del resto de la marcha, sino haciendo un uso distinto al simbólico del hecho de tomar la calle. Sustraerse de las instituciones es todo salvo dejar un vacío, es ahogarlas positivamente”.

Con esto no queremos decir que los medios sean directamente replicables, pero si compartimos la idea que “Sustraerse de las instituciones es todo salvo dejar un vacío, es ahogarlas positivamente”, detrás de las incomodidades, de las frustraciones, de nuestras quejas, tiene que surgir una propuesta de carácter afirmativo, incluso aunque sea riesgosa, sin desesperarse, pero siendo conscientes que esperar a que la inercia mediática-política-espectacular decante en una intensificación del conflicto, solo nos convierte en espectadores de nuestras vidas. Sabemos que no somos lxs únicxs y que no queremos ser la vanguardia de nada, pero llega un punto en donde las acciones tienen que hablar por si mismas.

Lxs anarquistas en la revuelta. Argentina: diciembre de 2001.

Este año se cumplen 22 de aquel diciembre del 2001, de la rabia en las calles, de la revuelta, de la solidaridad a flor de piel y también de la represión más obvia, más cruda y obscena del Estado Argentino. Esta es una recopilación de textos anarquistas escritos entre mayo del 2002 y diciembre del 2012, algunos con perspectivas más ligadas a la informalidad anárquica como en “20/12/01” y “19 y 20 de diciembre” publicados en Abrazando en Caos y en Exquisita rebeldía, otros de tendencia especifista como la Editorial del periódico Hijos del Pueblo de la Red Libertaria, publicado en 2006, y varios de una línea más bien “clásica” del histórico periódico Libertad, con notas escritas al calor de la revuelta todavía latente y de los intentos de recuperación y aparateo partidista por parte de la izquierda institucional y el peronismo.

Decidimos reunir distintas voces para complejizar la lectura, para darnos distintas perspectivas y ampliar la visión sobre el 2001, algunas más cercanas a la idealización del “pueblo”, otras más enfuscadas en la disputa contra “la izquierda”, pero todas con la reivindicación antiautoritaria y con una necesidad de extender el estallido más allá de las lógicas políticas y sus instituciones. En algunos casos lxs compañerxs hablaran de estallido, otras de revuelta, y hasta de un golpe de estado orquestado, si bien los términos a día de hoy siguen sin ser definitivos, tenemos en claro que diciembre fue eso y mucho más, fue una manipulación mediática y un juego político pero también fue la ruptura con el orden social con un ánimo insurrecto, fue la negación de la policía pero también el acordonamiento populista, fue la solidaridad rebelde y también la rebeldía chocando contra sus propios límites.

Hoy a 22 años seguimos apostando y reivindicando el conflicto y la negación de la autoridad, con la convicción intacta y la necesidad vital de una vida más allá de los límites del Estado y el Capital. Esperamos que las palabras y reflexiones que vienen a continuación puedan significar una enseñanza y una motivación a nuestras luchas.

Todas las fotos publicadas fueron extraídas del archivo Kasa Loka
tomadas a finales de los 90’s y principios de los 00’s.
https://kasaloka.com/

Expandiendo la Revuelta. Buenos Aires. Diciembre 2023.

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